miércoles, 8 de abril de 2009

Asma mental


Me sucede que seguidas veces mientras batallo contra el insomnio logro organizar una idea. Lo primero que se me ocurre es felicitarme y darme un cálido abrazo por tanta genialidad que se me vuelca en la almohada, entonces me dispongo a calcular fríamente como enebrar semejante deducción en pocas palabras y, a decir verdad, inevitablemente caigo siempre en lo mismo. Que tal conclusión no es en realdiad ni tan relevante para la humanidad ni tan genial como para vanagloriarse y rendirse tributo a uno mismo, apenás llega a ser punto de vista sobre un hecho banal que no amerita ni 5 minutos de atención por parte de cualquier otro, por decirlo de otra manera, un gran montón de mierda acumulada en mi cerebro sin valor real alguno, otra auto trampa para intentar dormir. El problema es que por culpa de esta idea ahora me veo hundido en otra reflexión acerca de la idea anteriormente aludida, lo que más me preocupa es que tal vez esa idea no sea tan mala "per se" y su principal debilidad radique la forma en como la expreso, tal vez, en realidad soy un filósofo brillante y un pésimo escritor por la tanto ¿cual sería el remedio a esta solución?. Lo más cauteloso sería escribirla meticulosamente, plantear mis fundamentos, leer al respecto, cuidar la ortografía exaustivamente, borrar y re borrar lo escrito a modo de que la sintaxis sea exquisita y así, solo así mi excelente idea podría llegar al lector tal cual fue compuesta... claro que nunca terminaría de escribirse, porque cada respuesta abre una nueva interrogante y entre borrada y re borrada terminaría en un océano de incertidumbres, bla bla, etc, etc. Se me ocurrió entonces, escribirla al paso, con la mínima educación necesaria para no asemejarme a una bestia, mientras más precaria sea la forma, más auténtico va a ser el conenido pero claro, al terminar de leerlo todo vuelvo al punto inicial... mi idea es no es tan buena idea y mi reflexión sobre su potencial bien escrito me está empezando a dar dolores de cabeza. Podría decirse que a esa altura de la noche entré en la re reflexión sobre la reflexión, y todo lo que yo quería hacer es dormir, ya es tarde y la rutina no perdona una trasnochada semejante y menos por una idea tan vaga, insignificante y encima imposible de ser traducida en palabras.
Es por eso que ahora me ahorro este mal trago, directamente evito el pecado de pensar por las noches, me duermo con la tele prendida, tomo sedantes o lo que sea, todo por escapar de esas ideas malditas...

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